jueves, 28 de febrero de 2013

Día 11. De vuelta a Merrion Square.

Hola a todos. Queremos comenzar hoy enviándole un millón de besos y abrazos, achuchones y todo nuestro amor para nuestra abuela Pastora, que cumple años hoy y cuya ocasión ha servido para reunir a la familia. ¡¡¡...Y QUE CUMPLAS MUCHOS MÁS!!!!

Comenzamos el día bien. El autobús llegó un minuto después que nosotros lo hiciésemos a la parada, de modo que estuvimos esperando casi 25 minutos a que empezara la clase... Tomamos el autobús demasiado temprano.

Las clases bien, como siempre. La comida bien, como siempre. Aunque la digestión fue algo pesada, por la derrota al futbolín de Fernando y Aída. 9 a 1. Luego, nos dirigimos a Little Museum of Dublin, en St Stephen Green Street. Este Pequeño Museo cuenta la historia de Dublín durante el siglo XX. Se recogen fotografías, carteles publicitarios, mobiliario, libros y objetos de todo tipo. A destacar, la máscara mortuoria de J. Joyce, una bicicleta antigua, un mini-tanque de agua bendita (suponemos que para las travesías largas por barco), un teléfono de los antiguos con una grabación muy simpática, chapas, etc. 

En la planta baja (o la primera planta) había una exposición denominada "Darkest Dublin", donde relataba la situación de extrema pobreza de la clase más desfavorecida. Había imágenes de niños descalzos, edificios derruidos... 


Y aunque el interior era mucho interesante, la primera parte nos dejó un poco tristes y pensativos. Una de las fotos mostraba a cinco niños, y aunque no harapientos, sí que se notaba su delicada situación. Muñeco prefirió hacerse la foto en el cartel de fuera, con Álex y, oh, ahora que lo revisamos, una pequeña reproducción de la instantánea que decimos.

Ya habíamos estado en Merrion Square. Pero sólo para la foto con Oscar Wilde, de pasada. Este parque, de tamaño más reducido a St Stephens Green también se encuentra en el centro de la ciudad, concretamente, frente a National Gallery. Se encuentra rodeado de casas gregorianas de ladrillo rojo visto, por tres de sus cuatro laterales (ya sabéis qué hay enfrente del lateral faltante) y por el barrio vivieron personajes famosos como el mismísimo Oscar Wilde (nº 1 de Merrion Square), el poeta Yeats (82) y Daniel O'Connell (en el número 58) sí, el de O'Connell Street o O'Connell Bridge.

En el regazo de una bella escultura de Merrion Square. Ésta se sitúa frente a la de Oscar Wilde.

El parque fue comprado en la finca de Pembroke por la Iglesia Católica Romana en 1930  como un sitio para una catedral. Sin embargo, nunca se materializó este proyecto y en 1974 el entonces Arzobispo, Dermot Ryan, transfirió las 4,75 hectáreas a Dublín para ser usado como un parque público.

Es relajante poder pasear por el jardín de este parque. Además de la ya mencionada estatua, a lo largo del paseo se encuentran otras, quizá menos notorias por no ser un personaje conocido o de menor tamaño (ya sabéis, caballo grande, ande o no ande). También hay en este parque viejas farolas de Dublín, aunque no sabemos si las que vimos eran realmente las originales o quizá las modernas con un poco de pintura de menos...

Muñeco ha cogido afición por las sillas grandes. Le chiflan.

Antes de volver a casa, y ya sin compañía, fuimos a Henry Street, buscando un LIDL. Lo encontramos. Al final de una calle repleta de puestos de fruta a buen precio, si los comparamos con los precios de los supermercados. Aprovechamos pues para comprar fresas y manzanas.

Vuelta a casa, como siempre, a disfrutar de unos espaguetis a la boloñesa y unos muffins. Rutina de apagado, y a la cama a dormir :D

Aprovechamos para enviar un saludo especial a Antonio, Juan Carlos y Rous, compañeros de fatigas desde 2010 a 2012 y que se acaban de incorporar a la lectura de este blog.

También, vaya nuestro cariño para nuestra vecina Loli, que fue madre recientemente.

Mañana: La fiesta de Andalucía en el Swan & Dun Laogharie.

Un abrazo fuerte.
Muñeco y yo.

Concurso Especial Día de Andalucía.

Añoro a mi gente. Más que nada. Y no puedo olvidar mis raíces, porque "si sé de dónde vengo, sé dónde quiero llegar"

Así que para conmemorar el día de nuestra Andalucía, hoy lejana, hemos pensado en un pequeño concurso. 

Empieza a las doce de hoy, hoy local, y termina a las doce de mañana, hora local también (para los españoles, una hora más, de regalo)

Participar es muy sencillo. Tan sólo hay que dejar un comentario con las respuestas o bien enviarme un email  con las mismas. El premio, algo muy típico de estas tierras. No, no penséis en cerveza. Es algo que tendréis en vuestras manos y podréis tocarlo, no es un abrazo ni un besito. Otra cosa es que os guste jejeje

Pregunta número 1.- ¿Dónde está Muñeco? Por favor, en la medida de lo posible, precisad vuestra respuesta.

Pregunta número 2.- ¿Dónde está Muñeco? Sed precisos y concisos.

Pregunta 3.- ¿A qué lugar que ya hemos mencionado pertenece esta foto?

Entre todos los acertantes, se tomará un nombre al azar.

Buena suerte.

Aprovechamos para mandar un saludo a todos los andaluces que estén dentro y fuera de Andalucía, y que disfruten de este día, nuestro día, como más les apetezca. 

Un abrazo.
Muñeco y yo.

miércoles, 27 de febrero de 2013

Día 10. Sin cenar.

Hola a todos. Frías pero despejadas tardes desde Raheny, un suburbio del norte de Dublín. Para los interesados, estamos a unos ocho kilómetros del centro de la ciudad. Es una zona residencial, a pie de playa (sólo una calle más abajo). Durante nuestro periplo en autobús, nunca, jamás, vemos un descampado. Está todo repleto de edificios no muy altos (esperábamos una ciudad muy cosmopolita y no lo es), seguido de una sucesión de casas, a veces más grandes, otras más pequeñas, con jardín, con fuente y jardín... hasta llegar a nuestro vecindario. Aún tenemos pendiente conocerlo a fondo.

El día de hoy ha sido bastante relajado. En clase, tuvimos que hablar, entre otras cosas, de algo suceso que nos hubiera pasado. Y me acordé de aquella vez, no hace mucho (el 11 de Junio de 2011, fecha en la que comenzamos la obra de reparación de nuestra casa) en que me confundí de lugar y asistimos a cóctel de bienvenida de otros novios que no eran los que esperábamos.

En fin. Terminada la clase, reunión en la cantina. Mis compañeros decidieron que esta noche saldrían. Nosotros, que ya estamos algo mayorcetes, decidimos quedarnos en casa. Así que decidimos pasar la tarde en el centro. 

Acompañados por Jonatan, estuvimos visitando las calles anexas a Grafton Street, donde se sitúa la academia. Vimos algunas tiendas interesantes, en concreto, una de comida asiática o india -que decidimos probar en los próximos días- y muchas tiendas de ropa. Nuestro amigo me animaba a comprar algo, pero como aún no sé el destino de las prácticas y cómo he de ir vestido, no quiero comprar nada. Además, trajimos una barbaridad de jerseys  y camisas. La primera parte de la tarde, la hemos pasado entre telas.

Jon decidió marcharse, cenar y volver. Yo me quedé allí, en el centro y me dirigí a O'Connell Street. Pasamos el resto del tiempo en Eason, una librería de varias plantas. 


 El reloj característico de este edificio. Suponemos que todos los negocios de esta cadena de libros serán similares, no obstante, destaca el color verde sobre el gris de las paredes y sobre el usual cielo gris. Un lugar encantador que invita a comprar libros (o leerlos)
No podía faltar la foto de muñeco delante del edificio, o al menos, se intuye el reloj, ¿no?

Sí, a modo de biblioteca, estuvimos hojeando y ojeando libros. Buscamos el libro ideal, afín a la sección. Escudriñábamos las estanterías, en busca de algo de nuestro interés. Cuando encontrábamos un libro interesante, lo abríamos, hojeábamos y nos deteníamos en algunos capítulos. También estuvimos paseando placenteramente por los pasillos y pisos, ojeando la cantidad ingente de material que allí hay. Estuvimos largo rato con unos "Papers" de Química y Matemáticas, que vienen a ser simulaciones de exámenes, resolviendo mentalmente los problemas. Hemos de decir que nos resultó más complicado encontrar las soluciones que resolver los ejercicios en cuestión. Y no es falta de modestias, es que los problemas de nivel más alto de Matemáticas que vimos eran de trigonometría, pero muy básico. Suponemos que más adelante, la cosa se complicará. Pasamos el resto del día entre hojas.

Vuelta a casa, como es habitual, la rutina habitual. No pongo la cena porque ya la sabéis, ¿no?

Aprovechamos para enviar un saludo a nuestro amigo Luca, que está preparando la maleta para emprender su vuelta a casa. Le deseamos mucha suerte, la vida continúa, es muy larga y quizá algún día, deba volver a Irlanda, como es su sueño.

También mandar un saludo especial a nuestra amiga Aida, que nos ayuda a tomar fotos e incluso nos sugiere ideas bastante ingeniosas.

Por último, y no por ello menos importante, a mi padre, que ha aprendido a usar el Skype para poder hablar por vídeo conmigo.

Y mañana: Merrion SquarePark  y el Pequeño Museo de Dublín.

Un abrazo.
Muñeco y yo.

PD: ¿No os habéis preguntado por qué puse el título y no he hablado de ello? ¿Creíais que me había olvidado? No. El título es un pequeño homenaje a algunos compañeros míos, que cuando volvieron de dar una vuelta nocturna, estuvieron a puntito de quedarse sin cena porque "ya es muy tarde". Mientras tanto, nosotros a esas horas descansábamos tranquilamente en la cama, viendo a Sierra Boggess y Ramin Karimloo en El Fantasma de la Ópera (en Inglés y sin subtítulos, qué valor tengo)

martes, 26 de febrero de 2013

Día 9. The Bram Stoker Dracula Experience... o al menos eso creíamos

Buenas a todos, chicos y chicas. Hoy no estoy muy elocuente: la cena ha sido arroz con champiñones, pollo y salsa verde tailandesa, "medio picante" y menos mal que era medio picante. Creo que mi estómago no soportaría el "picantito", y eso que consideraba que aguantaba bien el picor en las comidas

Comenzamos el día bien. El autobús viene con cierto adelanto, no tenemos que correr, reenviamos los emails con el CV y la documentación que nos solicitaron, confirmamos su recepción... pero seguimos sin tener noticias de nuestro alojamiento en la empresa. 

Tras la comida en la cantina, hicimos una breve visita al Trinity College, en busca de uno de nosotros que tenía una entrevista allí. Intentamos colarles unas visitas guiadas por el módico precio de 10 € a algún extranjero, pero no fue posible. Tras esto, cogimos el tren de Dublín, DART, para visitar el museo de Bram Stoker. Un viajecito rápido para lo que tarda el bus. El día era soleado, pero el Astro Rey no calentaba mucho. Podéis haceros una idea con esta foto. Añadir que no es nuestra, es de nuestra amiga María.

Foto tirada a las cuatro de la tarde. Si hubiese sido hecha en España, hubiera salido sobreexpusta.

Como siempre, no sabíamos la localización exacta y preguntamos. Un irlandés muy amable, sonriente, nos dijo que continuásemos todo recto hacia abajo, y tras el puente, a la izquierda, encontraríamos el museo. Cuando se alejó de nosotros, el hombre estaba más sonriente que al principio. Y es que nos envió en el sentido equivocado. Aprovechamos no obstante para fotografiarnos a la orillita de la playa, bajo los tenues rayos de nuestro amado Lorenzo.

Muñeco, calentito, pensando en sus cosas.

Un paseo muy agradable, con charlas y animados. Anduvimos la orilla de nuevo, con el solecito de frente. Encontramos el museo. Estaba al lado de la estación del tren, pero tan cerca como que eran edificios contiguos.

Aunque en lugar de usar el verbo estaba debería haber usado estuvo. El año pasado se conmemoró el centenerio de la muerte de Bram Stoker, escritor irlandés de fama mundial por su novela Drácula. Sería una exposición temporal o algo, porque allí había un Fitness Centre, un gimnasio de toda la vida. Del museo sólo quedaban estas cosas:

Aquí sólo cabe uno.

Unas sillas gigantescas. Delante de una sala de recreo infantil. 

He de reseñar que siempre nos sucede algo raro o estrambótico. El primer día encontramos un centro comercial e intentamos entrar por la puerta trasera, la de carga y descarga. Otro día, encontramos a los dos irlandeses más antipáticos de Dublín, cosa rara... Pero esto es, sin duda, lo más gracioso.

A coger el tren de nuevo, pero camino a lo que se está convirtiendo en un punto de encuentro habitual de los  que vivimos en Dublín 5. La cafetería del McDonalds. El chocolate con nubes entró muy bien, sobre todo porque ya estaba cayendo la tarde y el frío hacía acto de presencia. No os preocupéis, que con el rato que me tiro andando hasta la parada, el chocolate y sus calorías habrán desaparecido. 

Llegada a casa, sano y salvo, ducha, teléfono, blog, cena, aunque no en ese orden.

La cena de esta noche: Carne estofada con verduras (zanahorias y... sí, patatas) y bizcocho de zanahoria.

Quizá, dentro de cien años, podamos volver y visitar el Museo de Drácula.

Aprovechamos para mandar un saludo a mi madre, Antonia, que por fin ha terminado de tejer los sombreros de Jesuli, mi sobrino. Originalmente eran para mi hermano mayor, pero se ve que ha empleado más tiempo del previsto. Es broma, mamá, no te enfades.

Mañana: una tarde entre telas y papeles.

Un abrazo desde nuestra habitación, la misma desde donde se divisaba anoche una hermosísima luna llena (las lunas de Dublín son preciosas, cuando se dejan ver :D)

Muñeco y yo.

lunes, 25 de febrero de 2013

Día 8. The Hugh Lane y Garden of Remembrance.

Estimados todos. Encaminamos nuestro día hacia el centro de Dublín. No podía ser de otra manera.

Poco a poco, la ciudad se abre ante nosotros, que intentamos explorar, saborear, disfrutar cada rincón. Aunque nos lleve en ellos los 98 días. No hay prisa por descubrir la ciudad. 

Así que, con el estómago lleno tras un desayuno irlandés típico en honor a mi compañero de habitación, Luca, que incluía salchichas, huevos fritos, bacon, medallones de carne, tostadas, té, café y alguna que otra cosa que me habré dejado por el camino, quedamos en el Spire con nuestros compañeros. (Ya os diré qué es el Spire, que lo menciono mucho pero no nos gustan las fotos que tenemos de él)

Mientras esperábamos la llegada de uno de los nuestros, paseamos por O'Connell Street, arriba y abajo. Tras esto, nos dirigimos a escuchar el final de una misa, en una pro-catedral (St Mary's Pro-Cathedral). Nos pareció muy austera en contraposición a lo que estamos acostumbrados a ver. El estilo de la Iglesia, tanto en el interior como en el exterior era totalmente Neoclásico. Como curiosidad, los bancos tenían placas con la inscripción "Pray for the soul of" "Rezad por el alma de". Al finalizar la misa, el cura fue el primero en salir de la Iglesia, y no por la prisa, como sucede en Écija, sino para saludar a su feligresía.

Nos dirigimos lentos pero seguros bajando la calle O'Connell Street, en la dirección totalmente opuesta a la que estamos acostumbrados. Durante el camino, un cartel para los más abueletes:

Me recuerda a una serie...

Entre que encontrábamos el museo y no, nos topamos con un parque o jardín, Garden of Remembrance, abierto en 1966 en un lugar importante y en conmemoración a "todos aquellos que dieron su vida por la causa de la libertad irlandesa".

No es un parque (o jardín) muy grande, pero está bien cuidado. Me recordó a los Jardines del Alcázar de Córdoba. Había una fuente con forma de cruz, cuyo fondo era un mosaico donde se representaban armas rotas. Más tarde supe que la razón de esto es debido a la costumbre céltica de que cuando una batalla finalizaba, las armas se rompían y se lanzaban al río, en señal del fin de las hostilidades.

Se encuentra presidiendo el parque, subiendo una escalinata, la escultura de los Hijos de Lir. 


A mi parecer, esta escultura habla de la libertad, la gente cabizbaja, derrotada, mientras unos grandes cisnes, poderosos, baten sus alas y comienzan el vuelo. Como bien lo describió una compañera, es un parque más bien contemplativo.

Justo enfrente del mismo, se encontraba The Hugh Lane Gallery. Decir de esta galería que comenzamos la visita por la parte más... extraña, la parte de arte moderno. "Into the light", "Future"... Tengo que formarme más en arte moderno, porque realmente hay aspectos que no entendía. La mejor parte de este ala fue la de "Educación e Investigación", donde se mostraban algunos trabajos o portfolios de las clases que se imparten allí.

Cuando terminó el concierto que se ofrece allí cada domingo, pudimos visitar el ala principal. Salas y salas llenas de pinturas de arte moderno de artistas irlandeses e internacionales. Allí mismo se encuentra el estudio de Francis Bacon. No pude tomar ninguna foto, pero si queréis verlo... haced click aquí. Esta foto es prestada, la tomé de http://foteropanico.tumblr.com.

Pues sí, este señor se inspiraba en esa habitación. Recuerdo una frase suya que hablaba de que por supuesto  quería comer en un plato limpio, pero que su habitación la quería tal y como la véis.

Bueno, terminada la visita, toca la hora de reponer fuerzas, aunque lo único que me apetecía fuese algo pequeño y me decanté por un helado. El resto de la tarde, antes de regresar a casa, estuvimos visitando tiendas. Pero eso es algo que se hace en todos lados, no típico o exclusivo de aquí.

La cena, para los glotones, pollo, bacon y variado de verdura (calabaza, zanahorias, las omnipresentes patatas) y profitelores. 

Aprovechamos para mandar un saludo a Irene, Irenita, Rubén y Rubén Jr. que sé que me siguen desde el primer día pero no han podido comentar, y que me mandan siempre su apoyo por Whatssap.

También para enviar un beso muy fuerte a Arturo, que ha tenido un pequeño accidente laboral.

EXTRA: Once upon a time... Me enamoré de una chica en apariencia frágil pero luchadora e independiente. Durante estos años, el temor invadió su corazón y controlaba su vida y cambió. Ahora, en mi ausencia, esta chica ha vuelto a ser la mujer independiente, dinámica y resolutiva que conocí. Mi amor por ella también ha cambiado. Ahora es mucho más intenso y profundo que antes. 

Y mañana: Bram Stoker huyó de Dublín.

Un abrazo a todos.
Muñeco y yo.

domingo, 24 de febrero de 2013

Día 7. Howth.

Hola a todos. Andamos liados con las cartas de referencia para entregarlas a Laura de Swan y facilitar en lo posible la búsqueda de una práctica que se ajuste a mi formación y experiencia.

Hemos trabajado de nuevo el CV en Inglés, y Louise y Amy, mis hermanas de acogida, me han ayudado a revisarlo para que no hubiesen errores ortográficos o de expresión.

Pero eso es hoy. Hablemos de ayer. Menos mal que revisamos el tiempo y vimos cómo era posible que nevara. Gracias a ello, a primera hora de la mañana, nos encaminamos al Dunes Store del centro comercial St. Stephen Green. Dos eurillos sólo. Estando allí y aprovechando que hay WiFi gratuita, recibí la invitación de mis amigos para unirme a ellos en nuestra peculiar aventura. 

Howth es un pueblecito costero de Dublín. Dicen las buenas lenguas que es muy hermoso. Cuenta con varias rutas, todas recorren los acantilados y, en función del tiempo que se quiera emplear en finalizar la misma, se puede adentrar más o menos en la historia de tan singular pueblo. Decir que la ruta más corta duraba media hora, y la más larga, cuatro horas.

Llegamos los primeros, quizá nos pudo nuestra excitación o que aún no acabamos de cuadrar los horarios. El caso es que hacía fresquito. Bastante. Además, soplaba un viento fuerte. Como bien dice el dicho, allá donde fueres, haz lo que vieres, así que seguí a todo el mundo junto al faro. Camino al mismo, divisé la oficina de turismo, donde nos informaron de lo que podíamos ver por allí. Nos acercamos a un pequeño acantilado para mirar y...



.. sin que sirva de precedente, Muñeco y yo!!!

Cuando llegaron nuestros amigos, volvimos a hacer este mismo recorrido. Con más frío si cabía. Caían pequeños copos que no llegaban a cuajar, pero las temperaturas eran glaciares.  Menos mal que me dejé el pijama debajo.

Recorrimos como cien metros y fuimos a una cafetería, a entrar en calor. Recorrimos otro pequeño tramo, comprobando que el pueblo sí era hermoso, pero ganaría belleza con un poco más de calor y menos viento.

Prueba de agudeza visual: ¿Dónde está muñeco?

Continuamos caminando, con el mar a nuestro lado y una brisa marina helada dándonos fuerte. Llegamos hasta el faro. Volvimos. Y esa fue toda nuestra ruta por Howth. El frío y el horario nos obligó a retirarnos en busca del calor hogareño, no sin antes hacer esta foto de grupo.

De izquierda a derecha, Jon, Aída, un tío feo, Álex, Inma, Lucía y María.

Jose y yo cogimos el autobús de vuelta mientras nuestros amigos iban en tren. La nieve apretaba. Los copos eran más grandes y... bueno os dejamos las vistas desde nuestra habitación.


En casa, calentitos, practicamos la rutina nocturna. La cena consistió en hojaldre de pollo con verduras y de postre bizcocho de zanahoria. Ñam, ñam.

Aprovechamos para enviar un saludo a mi sobrino Jesuli, que le ha crecido el pelo una barbaridad. También a mi familia, los Méndez, que se han comido una hamburguesa todos juntos y no me han esperado. 

Mañana: Más comida y más museos.

Un abrazo a todos (lo necesitamos)
Muñeco y yo.

sábado, 23 de febrero de 2013

Día 6. Curiosidades sobre Dublín (1)

Perdónennos, queridos lectores. Esta noche he soñado con mi mujer, con sus abrazos, sus besos y me levanté algo triste. Cuando hablamos con Arturo, me preguntó si estaba estudiando, le dije que sí y me pregunto si en casa. La respuesta fue, evidentemente, que no, en Dublín. Quería venirse conmigo. Lloró. Lloré. Lloramos. 

Poco puedo contar del día, en líneas generales, clases, comida con minifiesta (a la que nos referiremos), vuelta al centro comercial a comprar para la semana, casa, ducha y cama.

Así que, mientras esperaba a que el sueño me venciera en la intimidad de mi cama de un solo pero efectivo edredón, busqué información curiosa sobre los sitios que hemos estado. Es otra forma de ver la ciudad.

¿De qué color son los buzones en Irlanda? Teniendo en cuenta que se conoce a esta isla como la esmeralda verde, no podían ser de otro color que del de la esperanza. Ya podemos construir un semáforo con los buzones de Irlanda (verdes), Inglaterra (rojo) y España (amarillo).
Jose quería enviarme por Correo, pero me aferré al buzón. Al fin y al cabo, yo también quiero disfrutar de Dublín.

Esta ciudad está llena de catedrales, monumentos, edificios emblemáticos y placas conmemorativas. Por ejemplo, hay una ruta que se llama tras los pasos de Ulises y en puntos estratégicos de la ciudad, una plaquita en el suelo con un fragmento de este libro de James Joyce.

En el mismísimo O'Connell Bridge se encuentran varias placas de estas. Había una sobre la que había leído, y como cruzamos este punte a diario, unos días iba por un lado otros por el lado contrario, para cerciorarme de la existencia de la misma. Pues sí, existe.

This plaque commemorates Ft. Pt. Nosse. He died under suspicious circumstances when his carriage plunged into The Liffey on August 10th 1919. Vamos, que murió ahogado en el río Liffey porque su carruaje cayó al mismo. Por lo visto, tenía negocios turbios, tanto como las aguas del río que no sirvieron para proyectar una luz regresiva para fin de año, y cuyo botón accionador se encontraba justo donde esta placa. Y no, no fue oficialmente sustituido el inútil botón, sino que se trata de una BROMA. Sí, una broma. Al parecer, algunos bromistas (que de eso tienen fama los dublineses, de reírse hasta de su ombligo) colocaron este cartel en conmemoración de alguien que no existió. Incluso se pensó en retirarlos. Pero los dublineses le tomaron cariño y se opusieron a ello.

Finalmente, paseando por distintos puntos de la ciudad, hemos visto una exposición callejera (por llamarlo así) donde hay unos huevos giiigantescos. En principio, pensamos que sería para anunciar la llegada de la Pascua cristiana, ya sabéis lo de los conejos y los huevos de chocolate. Pero no, es una iniciativa patrocinada por Lily O'Brien's cuyos beneficios irán destinados a Jack & Jill Children's Foundation. Hay más de cien huevos repartidos por toda la ciudad, se pueden adquirir online (mediante subasta), varios artistas irlandeses han participado en su realización... En fin, toda una curiosidad digna de mención.
¿Cuántos tortillas podríamos hacer con este huevo?

En fin, mañana será otro día. Para hacer más llevadera la espera, he caído en la tentación y he comprado chocolate para untar, pero una marca blanca (deliciosa, no obstante).

Aprovechamos para mandar dos saludos. Uno a Jonatan, que fue quien encontró la placa tras nuestra infructuosa búsqueda (y es que esperábamos una placa grande pero como podréis observar por el tamaño no es así) y otro para la tita Mafalda que también nos deja comentarios.

Próximamente: Curiosidades sobre Dublín (2)
Mañana: Howth o cómo no morir de frío.

Un abrazo desde una calentita habitación con un ventanal inmenso desde donde hemos visto esta tarde cómo caían pequeños copos de nieve.
Muñeco y yo.


viernes, 22 de febrero de 2013

Día 5. Muñeco se convierte en un obra de arte.

La mañana transcurre como viene siendo habitual. Madrugón, ducha, desayuno, autobús, caminata, clase, descanso, clase, descanso, clase y almuerzo. Para resguardarnos de las temperaturas tan frías, nos quedamos en la cantina, lugar situado en la primera planta del mismo Swan, habilitado para que los estudiantes podamos tomar allí un tentempié, con sillas y mesas (de Ikea), máquinas expendedoras y...

Muñeco dijo que como lo usara de bola, se chivaría a su legítimo dueño.

Quién lo diría, un invento español amenizando a estudiantes de distintos puntos del globo terráqueo.

Como la tarde se presentaba fría decidimos ir de museos. Visitamos dos.

Del Museo de Historia Natural, a pesar de ser más afín a mis gustos, no tomé ninguna fotografía. Había una extensa colección de animales disecados, ciervos, ballenas, jirafas, leones, tigres y un largo etcétera, una curiosa colección de bichos de todo tipos, tanto autóctonos como extranjeros. Lo peor de todo: a pesar de que se muestran en vitrinas, ordenadas correctamente, con un orden exquisito y una limpieza digna de elogio, el espacio reducido para tan magnífica exposición restaba algo de encanto. La razón por la que no hice fotos (que sólo están prohibidas si se usa flash) es porque Arturo adora el zoo y creo que no entendería el porqué vamos a visitar animales que no estén vivos. Dulce inocencia.

Del National Gallery of Ireland, qué puedo decir. Adoro ir a los museos, observar distintas técnicas de pintura, distintos estilos, compararlos, aprender. Es curioso cómo la iconografía de cualquier motivo, cambia con el tiempo, con el autor, con la nacionalidad del mismo. Sólo debéis buscar, por citar un ejemplo "La Virgen y el Niño" de Paolo Uccello.

Nos llamó muchísimo la atención desde lejos, un retrato de rasgos marcadamente españoles: mujer morena, de larga cabellera rizada... Como se encontraba al final de la sala, no fue hasta el final cuando pudimos comprobar que se trataba de un Goya, concretamente "Doña Antonia Zárate". Dignas de mención, desde nuestro humilde punto de vista, "The Opening of the sixth seal", "A sick call" o "The Liffey Swim", sólo por nombrar algunas más.

La galería no cuenta sólo con grandes piezas europeas (European Masterpieces), tiene un apartado exclusivamente irlandés (Irish Masterpieces). En la planta superior (Mezzanine Level) se encontraba la exposición "The Sketchbooks of Jack Y. Bets", donde se podía apreciar su talento a pesar de ser únicamente representaciones "líricas de paisajes y figuras", a modos de pinturas en un cuaderno de notas o de viaje.

Os recomendamos encarecidamente visitar la página web de esta Galería haciendo click aquí.

El cuadro que causó mayor revuelo es el que reproducimos a continuación. Como es el único cuadro que conocemos con total garantía de no equivocarnos, procederemos a explicarlo.



Se trata de la ópera prima de un autor anónimo, posiblemente español. A pesar del talento para la pintura, este español plasma de manera muy sencilla sus sentimientos, haciendo un retrato de uno de los peluches preferidos de su hijo, probablemente de nombre Arturo. El número 39, aunque no  es un número realmente significativo, se cree que es una alusión a su esposa. La técnica usada es la del claroscuro ("claro que veo oscuro mi futuro, si me dedico a esto") y su paleta extensa de colores destaca por el empleo de un cromatismo a primera vista primitivo, pero resultante de una mezcla novedosa y que se asimila a la fuerza expresiva del torbellino de emociones que pretendía expresar en esta obra: EL AMOR HACIA ARTURO Y DAVINIA. ¿Os recuerda a alguien este muñeco? :D

Decir que la vuelta fue sin incidentes y la noche, más cansado que de costumbre (nuestro cuerpo se está  acostumbrando) finaliza con la misma rutina que la mañana, pero al contrario: autobús, cena, ducha, teléfono y cama.

Y mañana:
Curiosidades sobre Dublín (1)

Aprovechamos para mandar un saludo especial a tres personas que han recibido esta mañana un email, pidiéndoles un favor. A esto se le llama indirecta, jaja

Un saludo.
Muñeco y yo.


jueves, 21 de febrero de 2013

Día 4. Lost in Dublin (de verdad).

Como era de esperar, ayer nos perdimos. Mucho hemos tardado, teniendo en cuenta lo despistado que soy para estas cosas y el poco sentido de la orientación que tengo. Pero no os preocupéis, que estamos sanos y salvos, sin ningún rasguño y con una curiosa anécdota.

Pero el día comienza por la mañana. Más gris y fría que de costumbre, si no recuerdo mal, la temperatura máxima de 3ºC. Menos mal que cuento con camisetas térmicas que se notan. Claro que olvidé los guantes y el gorro, con esto de que saqué la mochila donde los traía.

En el autobús viajan con nosotros las mismas personas. Ya hay algunas caras que nos suenan, y otras que se transforman en el viaje, ya que aprovechan el mismo para maquillarse o terminar de peinarse. El viaje es de una media hora y durante el trayecto, el cristal se torna translúcido por el vaho, razón por la que solemos ponernos en la parte delantera para divisar las vistas de nuestro camino habitual.

Cualquiera que viese a Muñeco aquí viajando, diría que estamos un poco locos. Razón no le falta.

En la escuela todo bien, como ya es habitual. Un almuerzo rápido y a recorrer los puentes del río Liffey.

Hay bastantes, y eso nos ha sorprendido gratamente. No hay que andar grandes distancias para cruzar de un lado al otro del río y cada puente tiene su pequeña historia.

Comentamos aquí dos de ellos y aunque son los primeros, no por ello son más relevantes. Sólo es por comodidad nuestra y para no cansaros de tanto leer.

Half Penny Bridge (Ha'Penny Bridge). Debe su nombre al precio que había que pagar para cruzarlo (medio penique) y se sitúa a la altura de Temple Bar, famoso por su arquitectura antigua. Es un puente peatonal donde podemos encontrar los típicos candados de los enamorados. Fue reparado en 2001 por una empresa de Irlanda del Norte, famosa por ser la empresa que construyó el Titanic. 

Muñeco no quiso hacerse la foto EN EL PUENTE, no sea que fuese a hundirse. De modo que el Ha'Penny es el del fondo.

Half Penny Bridge desde más cerca.

Grattan Bridge: Este puente, abierto al tráfico y une la Capel Street y Parliament Street. Este es el puente que hay que atravesar para visitar Dublin Castle. Sí, también lo cruzamos para visitar ambas orillas. Cualquiera que nos viera diría que estábamos como perdidos. Aún no era así.

Terminamos nuestra ruta turística y decidimos conocer un poco el barrio de nuestros amigos. Resulta que tienen cerca un parque, un centro comercial  con supermercados, tiendas de ropa, etc. Por cierto, que aquí abundan los Primark (o Pennys). Tomamos un café en McDonalds (quién lo diría, pero el modo ahorrador está encendido)

Muñeco aprovechó para descansar en este rótulo del parque McAuley. Fue listo.

Y la vuelta la emprendimos nosotros solos. El resto de compañeros se quedaron por allí, en sus casas. MALA IDEA. Cogí la dirección equivocada y tras un rato andando, pregunté a un señor mayor. He de decir que no me importó perderme, pues era de día y temprano. La anécdota: El señor mayor fue muy amable y me acompañó hasta casi mi destino final, hablándome sobre sus problemas de salud, viajes y el tiempo. (Esto es lo que yo llamo aprovechar cualquier oportunidad). Me dijo que prefería acompañarme a irse a casa a comer con sus gatos :D.

De modo que, tras una caminata de casi una hora, llegué al confort del hogar a comenzar la rutina nocturna. Cena (arroz tandoori masala y apple crumble), ducha, teléfono, lectura, blog... y recuperar fuerzas para mañana.

Aprovechamos para mandar un saludo especial a Juan "el Pelúo", que ha sido el primero en dejarnos un comentario en el blog. 

Mañana: Muñeco se convierte en una obra de arte de la National Gallery of Ireland.

Un abrazo a todos.
Muñeco y yo.



miércoles, 20 de febrero de 2013

Día 3. La desdichada Molly Malone.

Os invito a leer esta entrada escuchando esta canción, interpretada por The Dubliners. Probablemente, haya otras versiones mejores, pero esta me llama la atención en particular porque transmite mucho de la alegría de los dublineses (no puedo generalizar a todos los irlandeses porque aún no los conozco)


Habla de Molly Malone, una vendedora de pescado ambulante que, al grito de "Berberechos y mejillones vivos". Murió de fiebre, y se dice que el fantasma aún deambula por las calle dublinesas al grito de "Cockles and mussels cockles alive, alive, oh"

Las malas lenguas dicen que también trabajaba en la noche. Así se explica el porqué la estatua es como es, circunstancia que aproveché para fotografiar a Muñeco. Pasó el resto del día muy feliz. Ahí tenéis la foto en cuestión.


Muñeco estuvo todo el tiempo muy calladito. El trato fue que lo ponía ahí por un rato si no le contaba a nadie que le había tocado los pechos a tan mítica estatua, pero sólo porque dicen que trae suerte.

La mañana transcurrió con normalidad, hablando inglés. Tras esto, y con un sándwich de york, hicimos un tour por Dublín organizado por el instituto.

La mayoría de los sitios los conocíamos, pero cualquier oportunidad de visitar de nuevo la ciudad y escuchar a alguien hablar en inglés son únicas. Destacar de este tour la "Cámara de los Lores" o "Irish house of Lords" situada dentro del banco de Irlanda. Magnífica, bien cuidada, llena de historia y, como no, contada en inglés.

Quizá fuese por el cansancio o el lenguaje técnico, pero a pesar de que el guía se esforzó bastante, me encontró entender la historia de dicho lugar, así que cuando regresamos a casa, tuve que buscar la información de nuevo.

Respecto a los sitios nuevos, la Galería de Arte Contemporáneo, el Museo de Historia Natural, y el monumento de Oscar Wilde, oportunidad que aproveché para...

Muñeco a los pies de Oscar Wilde.

Para combatir el frío que hacía, terminamos la visita en una cafetería cuyo nombre no voy a mencionar pero que todo el mundo conoce. Y sí, tomé un café helado. Cosas.

Volvimos a casa algo apurados porque la hora se nos echó encima, como siempre, cena (lasaña con ensalada y, adivinad, patata asada y de postre, helado), ducha y, la mejor hora del día, la de hablar por teléfono con los que están lejos.

Chicos y no tan chicos, estoy algo cansado. Si ha terminado la canción os invito a escucharla. Yo lo hago camino al centro de Dublín y la tarareo, la gente me mira y algunos sonríen (supongo que les gustaría cantarla conmigo o se burlarán de lo mal que lo hago).

Me despido no sin antes, hacer referencia a los motes con los que la ciudad también conoce a la bella Molly Malone

La estatua de Molly Malone se la conoce por diversos nombres: "The Tart with the Cart", "The Dolly with the Trolley", "The Trollop with the Scallop", "The Dish with the Fish" or "The Flirt in the Skirt" ("la fulana con la compra", "La muñeca con el carrito","La prostituta con la vieira","el plato con el pescado" o "La coqueta de la falda "). 

Mañana:
Perdidos en Dublín (esta vez de verdad)
Fui a la orilla del río...

Un abrazo fuerte y cálido.
Saludos cariñosos a Arturo, que siempre pregunta por muñeco.
Muñeco y yo. 

martes, 19 de febrero de 2013

Día 2. En el Swan Training Institute

Ahí tenéis el nombre de la academia a la que asistimos para aprender Inglés.

Bueno, la noche ha sido pacífica, estamos demasiado calentitos dentro y cuando salimos, plaf! bofetón de frío. Afortunadamente cuento con millones de capa, cuan cebolla, para luchar contra la temperatura... No obstante, el sol brilla en el cielo, aunque no con la fuerza que lo hace en la Península Ibérica.

La primera hora de la mañana fue estresante. Pensaba que llegaba tarde, así que nos dimos toda la prisa que pudimos. Llegamos los primeros. Afortunadamente, la academia estaba abierta.

En nuestra clase, sólo somos cuatro alumnos. Estamos todo el tiempo practicando el inglés, hablando, hablando, hablando, hablando y, ¿he dicho que hablamos? Creo que es lo mejor que podemos hacer.

El curso es de 9 a 1 con dos (sí, dos) pausas. Por cierto, probé el café de una máquina expendedora de por aquí y... NUNCA MÁS. Comeré fruta, aunque al precio que está es casi casi un lujo.

La academia se sitúa en Grafton Street, una calle comercial muy conocida en la ciudad y de las más caras del mundo. Es una calle peatonal, llena de gente y, por ende, con músicos, floristas, artistas callejeros... Con el buen tiempo, es una delicia pasear por ella. 

Al final de Grafton Street se sitúa el parque de St. Stephen's Green (en Internet se encuentra escrito como St. Stephen o St Stephen's, para los más puritanos del Inglés). Es un pulmón verde en pleno corazón de la ciudad. Ideal para pasear, recostarse en el césped, disfrutar del paisaje, relajarse... siempre y cuando el tiempo lo permita, claro está.

De camino hacia este parque, encontramos una tienda para comprar los bocatas. 2€ el bocata de pollo con lechuga y tomate es un buen precio, pero no asequible para todos los días y, como si de caracoles nos tratásemos, buscamos un sitio donde  el sol nos calentara un poquito y protegidos de la suave pero helada brisa.

 Mira qué agustito estoy en el Templete del parque St. Stephen's Green.
A los cisnes no les gustamos los muñecos, ¿verdad?

Nos gustaría volver a visitar el parque, ya que nuestra breve estancia allí fue meramente fortuita, buscando un rayo de sol y un lugar apacible para almorzar. No obstante, pudimos ver el templete, el lago con cisnes, patos, y algunas cosas más.

Saliendo del parque, y desandando nuestro camino nos dirigmos a otra calle comercial, de precios más asequibles con una Galería Comercial, donde se situaban el Pennys (Primark para los ibéricos) y Tesco, supermercado tipo Carrefour donde compramos los víveres semanales.

Fue una larga jornada, intensa, con mucha caminata. Pero mereció la pena. 

De regreso a casa, tras hablar con Arturo y enseñarle vía Skype que Muñeco y yo estábamos perfectamente  bien, una ducha relajante y una opípara cena en buena compañía, volvimos a la habitación a prepararnos para un nuevo día.

Mañana: 
Muñeco conoce a Molly Malone y a Oscar Wilde.

lunes, 18 de febrero de 2013

Día 1. Perdidos en Dublín.



Anoche llegamos bien tarde. Geraldine, la madre de esta familia que nos ha acogido, estaba esperándonos, y tras las preguntas de rigor, preparó amablemente un sándwich.

Conversamos pero pronto tuve que volver a deshacer la maleta. Muñeco está colocado en el alféizar interior de la ventana. Tiene unas bonitas vistas a la parte delantera.

Estaba deshaciendo la maleta aún cuando llegó Luca, nuestro compañero de habitación. Es de Italia, y aunque probablemente nos entenderíamos mejor en nuestras lenguas nativas, usamos el Inglés, que para eso hemos venido.

No me costó mucho conciliar el sueño. Me desperté relativamente tarde. Madre mía, qué descanso. El sol luce radiante en el cielo, y en la habitación (insisto, en la habitación) se está muy calentito. A la luz del día, la casa es más confortable aún si cabe.

Muñeco y yo nos disponemos a tomar el autobús (31-32) dirección al centro. Luca nos acompaña amablemente y nos indica las paradas con unos pequeños trucos.

Mapa en mano, nos dirigimos al Swan Training Institute, para saber su ubicación exacta y poder llegar sin complicaciones al día siguiente.

Volvemos al Trinity y entramos. La foto que compartimos hoy está situada enfrente de la entrada principal de tan magnífico edificio. Quizá intente matricular a Muñeco aquí...


En un arrebato de afán comunicativo, compré un móvil llama-cuelga baratísimo con su tarjeta SIM. Luego me daría cuenta de tan pequeño error.

También aproveché para preguntar dónde estaba Tesco para comprar gel, champú y demás accesorios de aseo personal. Curioso que la bolsa de manzanas me costase más que todo lo referente a droguería.

Ya con el estómago lleno, comencé una ruta turística con una audioguía de Dublín bastante interesante (iWalk Dublin), pero sólo llegué hasta la mitad del camino, ya que estaba claro que debía repetir esta ruta acompañado.

Volvímos por la zona de Temple Bar, cruzamos los puentes sobre el río Liffey para pasear por ambas orillas y acabamos de nuevo en el Trinity College. Nos encaminamos hacia dentro, buscando la "Science Gallery". (Sí, soy un friki de la ciencia y me gusta visitar este tipo de museos en cuanto tengo ocasión...)

Terminada nuestra agradable visita, regresamos a casa, no sin antes buscar desesperadamente la parada, y acabar por preguntarlo en la Oficina de Turismo. Curiosamente, allí estaba Luca y menos mal, porque con toda probabilidad, nos hubiésemos perdido.

A nuestro regreso, tras una ducha calentita (por cierto, esto del grifo termostático, un invento) nos esperaba una cena familiar: bacon ahumado con verduras asadas (zanahorias, patatas, col y algo parecido a la coliflor) y de postre tarta de manzana calentiiiita.

Con el estómago bien lleno, volvimos a la habitación a estudiar.

Y mañana:
El primer día de clase
Visita al parque de St Stephens Green

Un saludo
Muñeco y yo

domingo, 17 de febrero de 2013

Dia 0

Hoy ha sido un día bastante duro.

Hemos partido de casa, con rumbo a Dublín a las tres de la tarde.

Cuando pedí a mi hijo que me prestase un peluche suyo para este viaje, me dio un Pocoyo similar a gusiluz, cabezón, y bastante pesado. Pude cambiarlo por "Muñeco", el primer peluche al que le prestó atención.

El viaje ha sido relativamente corto. Antes del vuelo hacía mucha calor, mezcla de los nervios y los no sé cuántos kilos de ropa que llevaba encima. Pero he dormitado por el camino.

Nos reunimos todos los compañeros para recoger la maleta, con tan buena fortuna que no se había perdido ninguna por el camino, ni ha habido desperfectos...

Poco antes de las 12 de la noche, hora local, nos dirigíamos a nuestro destino. Pero esto forma parte del día 1.

Un saludo.

Muñeco y yo.