Señoras, señores y osos de peluche.
Comenzamos la semana con un "día repetido". La rutina matinal permanece invariable, salvo por la presencia de dos nuevos compañeros, italianos y muy jóvenes, como Luche. Ya les hemos puesto en antecedentes de quiénes somos :D
Bueno, lo dicho. Las clases bien, como siempre, muy entretenidas. Hoy hemos ayudado a Eoghan/Seb a grabar una cortinilla de audio para una emisora de radio, que emite su canción.
Comimos algo rápido -adivinad qué... no, no son patatas, un sándwich- y nos dirigimos a distintos puntos de a ciudad que vimos ayer domingo y que como agotamos la batería, no pudimos fotografiar.
Nos dirigíamos pues a St. Stephen's a un lugar especial cuando nuestro amigo Álex nos invitó a conocer dónde trabaja. El suertudo está en el mismísimo Trinity College.
Ya que estábamos por aquí, en lugar de desandar nuestros pasos, estuvimos de nuevo por la ribera del Liffey, buscando una de las curiosidades que tanto nos gustan. No la vimos. Volvimos a hacer el recorrido de ayer domingo, hasta el monumento a la Hambruna y regresamos al Ha'Penny Bridge, al lado de donde se supone estaba el monumento. Nada. Cruzamos el puente e hicimos el camino otra vez. Nada. Continuamos hasta el puente del Milenio, por si nuestra memoria fallaba. Nada.
Muñeco delante del Ayuntamiento de la Ciudad. La foto del carruaje con el caballo es para nuestro Arturo.
Así que volvimos a adentrarnos en Temple Bar. A tomar fotos de pubs emblemáticos, vistosos, hermosos...
Foto de Muñeco delante del mítico pub. Sí, lo sabemos, pusimos una ayer, pero esta sale mejor.
No podéis negarnos que no es llamativo.
Muñeco en Temple Square, lugar de encuentro para los que salen por la noche.
Curiosa pintura. Muñeco quería compartirla con vosotros.
Todos aquellos que han pasado por aquí, han dejado una bandera de su país originario.
Electric Culture... Curioso nombre y curiosa entrada al pub.
Hasta hoy, exceptuando la primera parte de nuestra aventura diaria, hicimos el mismo recorrido de ayer, con ciertas diferencias. Estuvimos por la ribera del Liffey hasta el Ha'Penny que nos condujo a Temple Bar. Cuando hablamos con Jon, nos dirigimos desde el O'Connell Bridge en dirección contraria, hacia el puerto, visitando por primera vez el monumento de la Gran Hambruna. La diferencia es que como íbamos solos, nuestro paso era más ligero y, sobre todo, teníamos batería tanto en la cámara como en el móvil, por lo que pudimos hacer las fotos a nuestro antojo. Es como si el lunes se hubiese transformado en domingo.
Continuamos para visitar con más profundidad el parque de St. Stephen. Ya os comentamos lo hermoso que es, lo sorprendente que nos resultó encontrar un parque de esta envergadura en el centro de la ciudad.
Pero ayer buscábamos un rincón en concreto. Así que al cruzar la puerta principal de este parque, una especie del Arco del Triunfo de París, fotografíamos el mapa que había a su derecha (para no perdernos, principalmente). Al ver los estanques con las aves acuáticas (patos, cisnes...) no podíamos dejar de pensar en cuánto disfrutaría nuestro pequeño aquí.
Patos vergonzosos que no querían salir en la fotos. Por cierto, ¿cuántos veis?
Como decíamos, el parque no era desconocido por nosotros. El rincón que buscábamos es un rincón especial, con plantas aromáticas y que se pueden tocar. Como este parque está pensado para disfrutarlo con los cinco sentidos (bueno, el del sabor no se puede disfrutar del mismo parque, pero sí en el mismo parque, con un café de los buenos si es que alguien es capaz de encontrarlo). En este rincón, más pequeño de lo que imaginábamos, las archiconocidas placas conmemorativas están en braille. Quizá sea esta la razón por la que haya tantos ciegos por aquí.
Muñeco y yo quisimos visitar este singular rincón para contárselo a alguien especial a la vuelta. El aroma envolvente no pudimos disfrutarlo en total plenitud porque, a pesar del tamaño de mi nariz, el aire fresco atrofiaba nuestro refinado sentido del olfato. No obstante, sí podemos constatar una intensidad mayor de los olores en esta zona.
Flores coloridas por aquí y por allí son el complemento ideal de este parque.
En este parque aprovechamos también para tomar fotos de estos huevos, tan originales.
"Tiene huevos la cosa", pensó Muñeco.
En este parque también se encuentran un monumento a la Gran Hambruna (no hay fotos porque será de lo que hablaremos en Curiosidades de Dublín III), y el singular caballero de abajo, Wolfe Tone. ¿Por qué es singular? Ya lo hablaremos...
Por cierto, la cena de hoy un plato típico: Shepard's Pie y de postre, bizcocho de zanahoria.
Mañana más, aunque no mejor. De hecho, hablaremos de "lo que mal empieza, mal acaba"
Aprovechamos para enviar un saludo a nuestra prima Carmeluchi, que se ha emocionado hoy cuando hemos podido hablar con ella por Skype.
Muñeco y yo os mandamos un saludo e instamos a Arturo a que se duerma más pronto...
Un abrazo.
Se ve todo muy bonito, pero que gris está allí el cielo siempre, hasta los días que salió el sol.
ResponderEliminarA ver si te dicen pronto tu destino laboral ;)
Se te echa de menos chato.
Saludines.
Te diré algo que me comentó mi madre de acogida sobre el tiempo en Dublín. Cuando hacen las barbacoas, cocinas fuera en el jardín y comen dentro, porque está lloviendo. Y sí, el cielo es generalmente gris y se agradece un rayo de sol. Por cierto, destacar aquí que todas las fotos que veáis de Dublín deben estar hechas en pleno mes de Agosto por lo menos, por eso del cielo despejado.
EliminarMe encanta el parque espero que algún día puedas disfrutarlo con nosotros jejeje.
ResponderEliminarBesos Davinia
Me encantaría. Arturo disfrutaría mucho con los patos y yo, viéndolo.
EliminarBesos, amor