domingo, 10 de marzo de 2013

Día 21. Entre monumentos religiosos anda la cosa.

¿Sabéis por qué Irlanda es tan verde? Sí, por la lluvia. Pero una lluvia débil, nada intensa, pero que cala.

Así es el día de hoy. Aunque ello no nos ha impedido salir de nuevo. Ger, nuestra "host-sister" nos preguntó qué haríamos hoy y nos aconsejó algo de "indoors".

Más descansados de lo habitual nos encaminamos de nuevo al Spire, punto de encuentro habitual. Allí estuvimos con el grupo de habituales casi al completo, salvando a Jon que estuvo ausente por enfermedad y Álex que se quedó en casa.

Como no llovía y para resguardarnos del frío, atravesamos Temple Bar hasta llegar a ChristChurch Cathedral, también conocida como la catedral de la Santísima Trinidad, que compite en fama y popularidad con la de St. Patrick (y, al parecer, por encontrarse más "accesible" ha adquirido el mérito de ser la más fotografiada por los turistas). Esta catedral fue construída en el siglo XI, y como sucediese con un magnífico monumento nacional, sufrió ampliaciones, remodelaciones y restauraciones a lo largo de su historia, lo que lleva a la mezcla de diferentes estilos en su interior. Su acceso no es gratuito, pero probablemente volveremos aunque sólo sea para visitar la cripta más grande de las islas.

Y, en los derredores de esta catedral, había esta placa en el suelo.
Indicativos de lo que hay justo al lado de la misma. ¿Necesitáis más pistas?
Este vikingo quedó prendado de los encantos de Muñeco.

Se trata de Dublinia, una exposición/museo que nos acerca al mundo de Dublín en la Edad Media. Y no, tampoco entramos. Otra cosa pendiente.

Con la fina lluvia golpeando mis gafas y dificultando la visión, nos dirigimos ahora a la Catedral de San Patricio, la iglesia más grande de Irlanda. Hablaremos de ella con más profundidas en el día de San Patricio, día que finaliza el concurso. No lo olvidéis. 

Con los zapatos mojados y los calcetines húmedos, volvimos a... Grafton Street. Esta calle es nueva para nosotros y quedamos sorprendidos por lo concurrida que estaba. Tuvimos en pequeño déjà-vu, como si ya conociésemos esta calle. En fin, aprovechamos para recargar fuerzas en un conocido restaurante de comida rápida, de los que aquí abundan sobremanera. Luego, hicimos un par de visitas a sitios comerciales, como parte de la también rutina. Finalizábamos el día juntos en una cafetería, charlando animadamente, resguardándonos de las inclemencias meteorológicas y aprovechando para discutir sobre libros y películas.

La última parte del día comienza con una ducha calentita, reponedora y muy necesitada. Con el cuerpo ya a una buena temperatura, cenamos arroz con salsa de tomate a la mexicana (por los frijoles y el picor "suave"). Editando la entrada de anoche, nos quedamos dormidos con el ordenador encima nuestra. Es lo que tiene acumular el cansancio día a día.

Aprovechamos para enviar un saludo al Fantasma de la Ópera, cuya banda sonora nos acompaña en nuestra solitaria habitación. No, en serio, aprovechamos para mandar un saludo a Silvia, Moisés, Jaime y Gonzalo, que tenemos constancia de que también nos leen. Además, ayer recibimos una foto de los pequeños junto a Arturo :D. Cómo crecen!

Y mañana: Dos catetos en apuros (bajo petición de Álex)

Un afectuoso abrazo de Muñeco y mío.

PD: Acabo de recibir un Whatssapp, preguntándome "¿Me echas de menos?" La respuesta es sí, más de lo que te imaginas.

4 comentarios:

  1. Yo tb te exo de menos! Sonia. Pd: ayer me quede esperando frente al ordenador horas a que volvieras, jeje

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    1. Perdón, me quedé sin batería. Culpa de los enchufes irlandeses, que además de tener tres clavijas, tienen un interruptor de encendido y olvidé pulsarlo cuando estaba cargando el móvil.

      Quita otra semana más, en nada, estoy allí.

      Muchos besos y muchos abrazos para tí, otros tantos para mi hermano y para Chipi y el doble para Jesuli.

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  2. Ya somos dos que te echamos de menos, tres con Arturo.

    Te quiero.

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    1. Yo también.

      Dile a Arturo que cuando vuelva lo llevo de nuevo en cucu a la guarde.

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