lunes, 1 de abril de 2013

Día 43. En los Jardines de Dublin Castle

Y ustedes diréis, ¿otra vez? Sí, otra vez. Os ponemos en antecedentes:

1.- En realidad, el castillo de Dublín está cerrado al público, pero sí es visitable el jardín trasero y la librería de Chester Beatty.

2.- Estamos haciendo un pequeño pero intenso tour alrededor de la ciudad, de nuevo, con nuestro compañero de habitación.

Pues nada, ahora con un poco más de frío, nos dirigimos de nuevo al centro. Pensé que la parte de la exposición dedicada a la cultura oriental le haría ilusión a mi compañero. Todo lo contrario. Se disgustó y me escribió en su móvil -para traducirlo- ROBO. Yo no sabía dónde meterme, pero bueno, ya que estaba allí, aprovechaba para hacer fotos de las magníficas vistas:

Este sitio encierra el origen del nombre de la ciudad, además de ser un helipuerto.

Y de descubrir sitios nuevos:

Muñeco descubre un nuevo rincón.

En el piso superior de la librería, había un solarium o como queráis llamarlo (porque sol no hay), con bancos de madera y un ambiente algo "chill out". Mentiríamos si dijéramos que las vistas son preciosas, porque hay unos muros elevados para evitar incidentes.

Del jardín, de este patio, surgió el nombre de la ciudad, tal y como reza en este cartel.

Traducción del gaélico: 
Los Jardines de Dubhlinn. Estos fueron construídos sobre un lugar llamado Dubhlinn (que en gaélicos significa Fondo Negro), de donde la ciudad toma su nombre. Este "Fondo Negro" fue formado cerca donde el Río Poddle (ahora subterráneo) se unía al Liffey. 

El jardín es un lugar tranquilo y apacible, para disfrutar de una vista estupenda y, si nos apetece, podemos pasear por la especie de pasillo interior, como había gente haciéndolo. 

Por cierto, Irlanda es famosa porque no hay serpientes, ya que fueron expulsadas según la leyenda por San Patricio. Bueno, serpientes de verdad, porque este pasillo nos recordó a una serpiente, ¿vosotros qué opináis?

"Que me come la serpiente" gritaba Muñeco.

Al parecer, este pasillo de ladrillos está inspirado en un diseño de origen celta y es visible desde las alturas.

Otra colorida serpiente, que aportaba otra pequeña nota de color.

Desandamos nuestro camino para dirigirnos a Talbot Street, a comprar algo para el Lidl. Gran equivocación. Estaba TODO, absolutamente TODO cerrado. Y es que era festivo (y yo con ganas de Nocilla)

Volvimos a casa. Volvió a equivocarse de parada. Calenté la cena que Ger había dejado preparada y nos fuimos a la habitación. El día siguiente sería bastante diferente.

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