Estimados todos y todas.
Hoy estoy un poco desanimado (qué novedad). Fantaseaba que en un puente o en cualquier ocasión pudiera escaparme. Pero el hecho de haber empezado más tarde ha trastocado todos mis planes y ha dado al traste con cualquier esperanza de hacer una pequeña escapada.
Aún así, pensándolo fríamente, creemos que sería mejor para Arturo que no volviese hasta el final, porque ya le costó asumir que me había marchado (ha llegado a preguntar si ya nunca más tendrá un padre) y para paliar mi ausencia, le prometí que a mi vuelta lo llevaría a la guardería en hombros, iríamos al zoo y a la playa, a lo que él contesta que vale, pero que cuando vuelva, le de a Muñeco y no nos vayamos más. Imaginamos que si hacemos una visita fugaz se preguntará por qué nos marchamos, por qué no cumplimos con la palabra que le dimos. Su felicidad es quizá nuestro consuelo.
Para hacer un pequeño favor a la familia y devolver lo que hiciera Luca con nosotros, me quedé todo el fin de semana a cargo de Zhao (eso y que si salgo, aunque sea a un sitio que ya he estado antes, mantiene mi cabeza ocupada). Su nivel de Inglés no es muy alto, pero eso no nos sorprende, a los españoles nos pasa lo mismo (mucha gramática y mucha lectura y poca posibilidad de practicar el speaking).
Planificamos un tour básico por los alrededores de la escuela, para que pudiera orientarse y, si lo deseaba, visitarlo en su tiempo libre.
Afortunadamente, aunque con un poco de frío, el tiempo nos acompañó en nuestro paseo por Grafton Street, St Stephen's y Merrion. No fue una sorpresa que hubiese más gente de lo habitual: sol y Semana Santa, conforman una combinación ideal para visitar la ciudad.
Y, para que os hagáis una idea del ambiente callejero:
Banda de música callejera, con cantante incluído.
Animación musical, sin cantante esta vez.
Un grupo de pescadoras (como Molly Malone)) que visitaba Dublín, cantando la canción de Molly Malone a capella. Hermosa, sin duda.
¿Os acordáis de este hombre en el día de San Patricio? Allí estaba de nuevo, a las puertas de la que fuese nuestra academia, y con más flexibilidad de la que yo haya tenido jamás.
Enormes pompas de jabón. Arturo hubiera alucinado con ellas.
El día fue agradable. Volvimos a casa pronto, y me senté tras Zhao, diciéndole que él debía pulsar el botón en la parada adecuada, como le había indicado. No me entendió.
Mañana, más aventuras y desventuras.
Un saludo.
Muñeco y yo.
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