Al parecer, los propios irlandeses están sorprendido por el tiempo que hace. Más frío de lo habitual. Nieve a estas alturas del año.
Con esta premisa, decidimos hacer algo indoors. Así que abogamos por comer en un buffet de Pizza Hut: pasta, pizza y ensalada a tutiplén. Bueno, a tutiplén no, que tampoco había mucha variedad. Bebida aparte, pero refill gratuito. Y es que la palabra gratuita nos gusta mucho a los españoles.
Pues nada, allá que fuimos Fernando N., Fernando P, Aida, María y yo a darnos un pequeño atracón. Luego se unirían Lucía, Inma y Jon. Con el estómago lleno y tras una animada charla que pasó por los puentes del señor Calatrava a la política, pensamos juntos dónde pasar el resto de la tarde.
Casi unánimamente, decidimos ir al Museo de Arqueología. Este museo es depósito nacional de todas las piezas de arqueología halladas en Irlanda, incluyendo en su colección artefactos desde el 7000 a.C. y se extiende más allá del período medieval.
El edificio está decorado de modo que recuerdan las antiguas civilizaciones griegas y romana, con mosaicos, lujosas chimeneas, etc.
A grandes rasgos, encontramos las colecciones Irlanda prehistórica, El Oro de Irlanda (madre mía, qué cantidad de joyas, torques, lúnulas, broches, anillos y zarcillos de oro...), El Tesoro (inspirado en los grandes tesoros eclesiásticos de la Europa medieval), la Irlanda vikinga, la Irlanda medieval, Cerámica y Vidrio del antiguo Chipre, Antiguo Egipto y Reinado y Sacrificio.
Nos faltó tiempo para visitarlo todo, ya que cerraron pronto cuando Jon nos dijo que nos quedaban salas por visitar, salas que rodeaban el patio principal. Otro lugar más para volver.
Acabamos la velada... sí, tomando un café, como siempre.
Vuelta a casa, a dormir tras una típica cena irlandesa: carne y muchas verduritas.
Un abrazo.
Muñeco y yo.
Casi unánimamente, decidimos ir al Museo de Arqueología. Este museo es depósito nacional de todas las piezas de arqueología halladas en Irlanda, incluyendo en su colección artefactos desde el 7000 a.C. y se extiende más allá del período medieval.
El edificio está decorado de modo que recuerdan las antiguas civilizaciones griegas y romana, con mosaicos, lujosas chimeneas, etc.
Detalle del remate de las escaleras (con Muñeco ayudando a dar un toque especial)
A grandes rasgos, encontramos las colecciones Irlanda prehistórica, El Oro de Irlanda (madre mía, qué cantidad de joyas, torques, lúnulas, broches, anillos y zarcillos de oro...), El Tesoro (inspirado en los grandes tesoros eclesiásticos de la Europa medieval), la Irlanda vikinga, la Irlanda medieval, Cerámica y Vidrio del antiguo Chipre, Antiguo Egipto y Reinado y Sacrificio.
Nos faltó tiempo para visitarlo todo, ya que cerraron pronto cuando Jon nos dijo que nos quedaban salas por visitar, salas que rodeaban el patio principal. Otro lugar más para volver.
Fernando P. con Muñeco.
En palabras de Fernando, "esto es lo más parecido a algo de Sevilla que hemos visto desde que estamos aquí"
Acabamos la velada... sí, tomando un café, como siempre.
Vuelta a casa, a dormir tras una típica cena irlandesa: carne y muchas verduritas.
Un abrazo.
Muñeco y yo.
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