viernes, 15 de marzo de 2013

Día 26. Por cinco minutos.

Señores, salvo las clases matutinas y tras el lunch, este día lo pasé en casa, reescribiendo mi CV.

No obstante, pude hacer una escapada a la Science Gallery (ooootra vez) para ver si había alguna posibilidad de trabajar allí. Pude ver un experimento que, a día de hoy, no había hecho. Se trataba de un "reloj químico".

Sin entrar en muchos tecnicismos, el reloj químico es una reacción oscilante, ya que cuando la reacción finaliza, vuelve a su estado inicial y la reacción vuelve a empezar de nuevo. Lo que nosotros vimos es cómo varias soluciones incoloras se mezclaban, se agitaban y se les añadía un indicador. Ocurría una serie de reacciones redox y la solución cambiaba continuamente de color.

¿No os lo creéis? Aquí tenéis, mirad, mirad.



¿Y qué sucedió después? Pues nada, que como teníamos que trabajar en nuestros asuntillos, finalizada la reacción, nos marchamos a casa. ¿Qué sucedió? Que llovía, cosa rara. A cántaros. Para más INRI, olvidamos nuestro fantástico chubasquero.

Aunque apenas había sito donde resguardarse de la lluvia, decidimos llegar hasta la parada de autobuses, para no demorar nuestro viaje de vuelta a casa. Estábamos empapados. Las gafas, chorreando, los pantalones y zapatos, mojados, hasta el chaquetón, aunque también es impermeable, se había puesto chorreando.

Pero bueno, teníamos cosas importantes que hacer. La lluvía no podría detenernos. A mitad de camino, cesó. Y no llovió más en toda la tarde. Y es que si hubiéramos esperado cinco minutitos más, no hubiésemos acabado calados hasta los huesos. Lección aprendida.

Un abrazo.
Muñeco y yo.

PD He visto que hacía días que no subía fotos de Muñeco. Aquí van algunas.
Este es nuestro barrio. Foxfield.

La fachada principal de casa.

Aquí hemos venido a aprender, por si se os olvida.

Puesto ambulante para San Patricio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tú también eres parte de nuestra aventura. Gracias por tu comentario.