sábado, 16 de marzo de 2013

Día 27. Una de cisnes.

Hoy estamos más metafóricos que nunca. Con toda la situación vivida esta semana, nos sentíamos abatidos y tristes.

Nuestra perseverancia y lucha nos ha dejado en una buena situación. Aún a la espera de confirmar que esa buena noticia sea posible, hemos sentido cómo nuestro esfuerzo, nuestro tesón y confianza en nosotros mismos ha dado un fruto demasiado bueno. Lo que hemos conseguido es sólo una entrevista con una importante institución. Nada seguro, pero es algo que nosotros, sólo nosotros, sin mediación de las empresas que tenían que buscarnos un trabajo, hemos conseguido. Os recordamos que este martes por la noche, cuando tengamos una contestación segura por parte de esta institución, os contaremos todo lo sucedido.

Y ahora, nos sentimos así. Hasta el sol ha salido a saludarnos hoy.

Por cierto, que estos cisnes son enormes. Para que lo apreciéis mejor, ahí tenéis a un cisne junto a una de nuestras compañeras.
Y es que los cisnes no son precisamente pequeños.


Con la alegría en el cuerpo, hemos recorrido una pequeña parte de la ciudad, hasta dar con un monumento desconocido y original, también a la orilla del Liffey,"Los cargadores de muelle". Ni que decir tiene que Muñeco no perdió ocasión para fotografiarse con él.
Vamos, amigo, yo te ayudo con esa cuerda.

Y, como de cisnes estamos hablando, no podemos obviar dos cosas más sobre estos animalitos.

Hoy hemos finalizado nuestras clases en la academia de inglés, que se llama "El Cisne". Dos semanas más tarde de lo que deberíamos haberlo hecho, pero eso que nos llevamos.

También nos gustaría aclarar una cosas. ¿Recordáis el Garden of Remembrance? ¿Os acordáis de la estatua de los hijos de Lir? Pusimos lo siguiente:
"A mi parecer, esta escultura habla de la libertad, la gente cabizbaja, derrotada, mientras unos grandes cisnes, poderosos, baten sus alas y comienzan el vuelo. Como bien lo describió una compañera, es un parque más bien contemplativo."

Qué equivocados estábamos. No es sino una representación de la leyenda de los hijos de Lir. Hermosa pero triste. Lir casó con Ove y tuvieron cuatro hijos. Ove falleció y Lir, muy apenado, se casó con su cuñada, Oifa. Oifa sentía celos del amor y la atención que Lir prestaba a sus hijos. Por ello, quiso deshacerse de ellos y los convirtió en cisnes:
"Deslizaos sobre las salvajes olas,
Hijos del rey, 
En adelante vuestros sollozos se mezclarán
Con los gritos de las aves."

Cuando Oifa fue descubierta, fue transformada en un demonio de aire con la misma varita que hechizó a los cuatro hermanos y aún hoy mantiene esa forma. 

Mil años después, los hijos de Lir regresaron a las posesiones de su padre y la encontraron abandonada, derruida, sin rastro del paisaje verde que ellos habían conocido. Finalmente, los cuatro hermanos, volvieron a su aspecto humano. Pero eran ya viejos, sus cuerpos estaban cansados. Un clérigo los bautizó y una hora después murieron, enterrándolos juntos tal y como habían pasado su vida.

¡Qué triste! Y esta es la verdadera historia de aquella estatua. No trata de la libertad, ni de la grandeza del ser humano. Al contrario, el destino de los hijos de Lir fue vivir solos, condenados, alejados de su tierra y una vez roto el hechizo, morir.

En fin, mañana más y más alegre. ¡Nos adentramos en las fiestas de San Patricio!

Aprovechamos para enviar un saludo a Adri, que se acaba de convertir en una conductora novel.

Un abrazo.
Muñeco y yo.

1 comentario:

  1. Gracias :) ya te iré a recoger cuando vengas...que ya mismo está aqui Mayo!

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Tú también eres parte de nuestra aventura. Gracias por tu comentario.