Día 19. Arturo se enfada.

Estimados todos. Si el tiempo estaba bastante mal, con lluvia, hoy ha sido con diferencia el día más lluvioso. Afortunadamente, siempre llevamos un chubasquero en nuestra mochila y aunque fue uno de los más baratos de la famosa cadena de supermercados "Rotonda" ha resultado la mar de útil. Ni nuestra camiseta, ni nuestra camisa, ni nuestro jersey ni nuestro chaquetón tenían restos de humedad si quiera. Todo lo contrario que los pantalones, la mochila, los zapatos e incluso los calcetines. De modo que en casa, tuvimos que dejar los pantalones bien puestos en el radiador para que se secaran y llenar los zapatos con periódicos, haciendo caso de un truco que habíamos leído.

Como veis, hoy es una manera peculiar de empezar el blog. Nada de deciros que he desayunado lo de siempre y todo eso. 

Hay una canción que dice lo siguiente: "You look at me and see the man, who lives inside the golden world, but don't believe that's all there is to see, you'll never know the real me"

Permitidnos hoy mostraros algo que no veis. Pero que todos sabéis.

"Arturo esta noche se ha despertado llorando y llamándote. Le he dicho: 

-Arturo, papi no está. 

-¿Dónde está papá? 

- En Dublín, cariño. 

- Yo no quiero que esté en Dublín, quiero que esté aquí.

Sin palabras. Sabíamos que esto sucedería. Sabíamos que Arturo y Davinia nos echarían mucho, muchísimo de menos, tanto como nosotros a ellos. A los que penséis que pasando la mañana distraído y jugando en la guardería se olvidaría de esto, seguid leyendo:

- Arturo está enfadado contigo. No ha querido que le lea la postal que le has enviado. Dice que no, que eres tonto porque estás en Dublín.

"...(he) smiles through a thousand tears" Siento mucho la situación por la que están pasando Davinia y Arturo y el trauma que supone para éste la distancia que nos separa. Con todo esto, aguantando el tipo, estuvimos con Jon y Alejandro y nos volvimos a casa. Sin pararnos a hacer los recados que teníamos que hacer, ni a comprar algún tentempié para la larga tarde o la solitaria noche. Derechos a casa.

Muñeco vuelve hoy a estar triste. Más de lo habitual. Yo también.

Afortunadamente, como leí en Facebook, Muñeco no pierde su sonrisa. Quizá sea su alma inocente e infantil, que me recuerda a Arturo. Pero ahí sigue, luchador y valiente.

Queremos desde aquí agradeceros a todos los que de una manera u otra nos apoyáis en esta aventura, hoy por hoy, terrible. Aunque a veces no respondamos a vuestros mensajes, los leemos todos y guardamos con profundo agradecimiento, como si de un tesoro se tratasen. 

No podemos terminar sin mencionar a la mujer luchadora que tiene Arturo a su lado; que debe enfrentar esta situación, dura, difícil y comprometida sola; que soporta la actitud rebelde que nuestro pequeño está desarrollando a modo de protesta y la que soporta la mayor carga física y psicológica de esta decisión, mucho más que la que podamos soportar nosotros mismos. A pesar de que seguimos buscando palabras para describirte, Davinia, todas las que hallamos son pocas. 

Mañana: La vida cambiante.

Un abrazo de Muñeco y otro mío.