La lluvia de hoy ha sorprendido a propios y extraños. Sí que es habitual que llueva, y más en este país. Por algo está tan verde.
Desde primera hora de la mañana, muy temprano, oía cómo llovía. Esperaba a ver si amainaba un poco esta lluvia para poder dirigirme al centro. Al final, casi a última hora de la mañana, apurando al máximo mi estancia en casa y porque no tenía más remedio, nos encaminamos hacia el centro de Dublín.
De poco ha servido el (vaya, recuerdo perfectamente esta palabra en Inglés, pero la he olvidado completamente en español... creo que tengo un pequeño problema) impermeable (la he tenido que buscar). La lluvia, como bien decía Fernando hoy, caía de lado, y el viento hacía más bien inútil llevar un paraguas. De hecho, en nuestro recorrido hasta Grafton Street, una distancia relativamente corta, hemos contado 18 paraguas rotos.
Tras bajarnos del autobús nos dirigimos de nuevo al CHQ Building en busca de los "huevos perdidos". Recordábamos haberlos vistos. Así fue, estaban de los primeros. Y sucedió que como olvidamos la cámara de fotos, comenzamos a hacer las fotos con los huevos "más relevantes" y luego usamos la cámara del móvil para hacer las cerca de 100 fotos, por lo que nos saltamos estos.
Aquí tenéis, por si no había suficiente.
Muñeco con Stories from the Steeples de Deirdre Keohane
Nombre del huevo misterioso: Surprise Egg. Qué original
Muñeco con Eggscuse the Mess de Frank O'Dea
Cuando fuimos al baño del Swan... madre mía! Aquello era una piscina. El viento había hecho que el agua penetrase por la ventana y estaba todo mojado. Habían intentado detener el agua con una toalla puesta en la rendija de dicha ventana y una puerta de salida de incendios, pero había resultado inútil.
Sobra decir que estábamos chorreando y como llegamos con bastante antelación, tuvimos que secar nuestros zapatos en el secamanos (y eso que hoy nos hemos reído de Fernando Pallarés cuando decía que él se había secado la ropa en el trabajo)
En nuestra vuelta a casa vimos esta curiosa instantánea.
Curiosa y hermosa. Resulta que hoy la Irish Cancer Society y lo celebran con un evento denominado Dafodill Day. Había voluntarios vendiendo esta flor o semillas, con afán recaudatorio. A la caída de la tarde, supongo que con las que no pudieron vender, hicieron la mejor publicidad que podían haber realizado, dejando a Molly Malone ataviada de la manera que podéis ver. Sentimos mucho que la foto salga movida, pero teníamos muuucho frío y estábamos tiritando de frío.
La vuelta a casa fue normal, y nos sorprendió que nuestra host-mother, Ger, nos preguntara si habíamos tenido problemas. Al parecer, el temporal ha azotado a Irlanda de manera violenta. La autovía del sur estaba inundada. En el norte había nevado y había puntos sin luz -entre ellos Belfast, donde nuestros compañeros querían ir. Además, vimos cómo el agua recorría de manera inusual las calles hacia las alcantarillas. Más tardes nos enteraríamos de que muchos jardines traseros también se habían visto seriamente afectados y se convertían en lo que ellos autodenominaron "El Gran Canal y la Charca". Jamás habían visto un temporal que provocase que sus patios se llenasen de agua.
Nosotros tuvimos que secar nuestros húmedos pantalones en el radiador y hacer uso del secador de mano para aliviar la carga de agua de nuestros zapatos, haciendo uso con posterioridad de varias hojas de periódico en su interior para que absorbieran la humedad.
No hay nada que una buena ducha caliente no alivie. Y una cena a base de arroz y frijoles, imitando comida mexicana. Ándele manito.
Un abrazo.
Muñeco y yo
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