domingo, 31 de marzo de 2013

Día 42. Papá canguro

Estimados todos y todas.

Hoy estoy un poco desanimado (qué novedad). Fantaseaba que en un puente o en cualquier ocasión pudiera escaparme. Pero el hecho de haber empezado más tarde ha trastocado todos mis planes y ha dado al traste con cualquier esperanza de hacer una pequeña escapada.

Aún así, pensándolo fríamente, creemos que sería mejor para Arturo que no volviese hasta el final, porque ya le costó asumir que me había marchado (ha  llegado a preguntar si ya nunca más tendrá un padre) y para paliar mi ausencia, le prometí que a mi vuelta lo llevaría a la guardería en hombros, iríamos al zoo y a la playa, a lo que él contesta que vale, pero que cuando vuelva, le de a Muñeco y no nos vayamos más. Imaginamos que si hacemos una visita fugaz se preguntará por qué nos marchamos, por qué no cumplimos con la palabra que le dimos. Su felicidad es quizá nuestro consuelo.

Para  hacer un pequeño favor a la familia y devolver lo que hiciera Luca con nosotros, me quedé todo el fin de semana a cargo de Zhao (eso y que si salgo, aunque sea a un sitio que ya he estado antes, mantiene mi cabeza ocupada). Su nivel de Inglés no es muy alto, pero eso no nos sorprende, a los españoles nos pasa lo mismo (mucha gramática y mucha lectura y poca posibilidad de practicar el speaking). 

Planificamos un tour básico por los alrededores de la escuela, para que pudiera orientarse y, si lo deseaba, visitarlo en su tiempo libre.

Afortunadamente, aunque con un poco de frío, el tiempo nos acompañó en nuestro paseo por Grafton Street, St Stephen's y Merrion. No fue una sorpresa que hubiese más gente de lo habitual: sol y Semana Santa, conforman una combinación ideal para visitar la ciudad.

Y, para que os hagáis una idea del ambiente callejero:

Banda de música callejera, con cantante incluído.

Animación musical, sin cantante esta vez.


Un grupo de pescadoras (como Molly Malone)) que visitaba Dublín, cantando la canción de Molly Malone a capella. Hermosa, sin duda.


¿Os acordáis de este hombre en el día de San Patricio? Allí estaba de nuevo, a las puertas de la que fuese nuestra academia, y con más flexibilidad de la que yo haya tenido jamás.


Enormes pompas de jabón. Arturo hubiera alucinado con ellas.

El día fue agradable. Volvimos a casa pronto, y me senté tras Zhao, diciéndole que él debía pulsar el botón en la parada adecuada, como le había indicado. No me entendió. 

Mañana, más aventuras y desventuras.

Un saludo.
Muñeco y yo.

sábado, 30 de marzo de 2013

Día 41. En el Jardín Botánico

Amigos y lectores todos.

El día de hoy ha sido un día maravilloso. El sol brillaba e invitaba a disfrutar de él.

Parece un día idílico, ¿verdad? Hablemos de la parte más desagradable...

Viernes Santo. Madrugada. Como bebo mucha agua, la imperiosa necesidad de ir al baño, hizo aparición. Me levanté y me quedé "dormido" enseguida. Bueno, más que dormido, inconsciente. No sé qué me pasó, tan sólo que recuperé la consciencia algo aturdido, sin saber dónde estaba (deseando fervientemente estar con Davinia) y con todo dándome vueltas. No tardé mucho en recuperarme y notar dos cosas:
1.- Que había roto la cisterna del golpe.
2.- Que estaba sangrando.

Sigo sin saber qué pasó. Sólo sé que la nariz me dolía mucho, muchísimo (después sabría que no estaba partida, menos mal, mi símbolo de identidad permanece intacto). Mi pijama que me había puesto limpito y planchado esa noche estaba terriblemente manchado. Eran las seis de la mañana -de día ya- y no volví a pegar ojo.

A las siete sonó el despertador. Había decidido acompañar a mi compañero de habitación hasta el Swan, porque como yo fui en su día, no sabía mucho de la ciudad, y quise repetir con él lo que Luca había hecho conmigo. Mi host-padre me preguntó si realmente quería ir solo a la ciudad. Siendo sinceros, me encontraba bien, algo dolorido y al parecer, un poco pálido. Nada más.

Cogimos el bus, lo acompañé al Swan (al final tenía que volver... parece el síndrome de Estocolmo) y luego hice unas compras en el centro. Entre ellas, champú cuyo olor me recordaba a casa de mi abuela Pastora. He de decir que no me importó el precio. El recuerdo de una tarde de domingo en casa de mi abuela con este perfume fue más que suficiente para decidirme a comprarlo.

Como suele ser habitual en mí, me torturo con canciones de amor ("El mundo se equivoca", por ejemplo) y con un día en el que estaba especialmente sensible, no pude contener un par de lágrimas en la parada del autobús. Lágrimas traicioneras que se escaparon justo cuando unos turistas me preguntaban por una dirección.

En fin, de regreso a casa, le conté al resto de la familia lo que me había pasado y Ger me dijo que cuando me encontrase mal o si volvía a sucederme algo, que la llamara al teléfono, que ella siempre lo lleva consigo y que vendría a socorrerme. Esperamos no tener que recurrir a ello.

Alejandro salvó mi día. Primero, tomando un chocolate en Artane y con una animada charla. Realmente necesitaba de alguien con quien simplemente hablar, aunque sirvió para desahogarme (una "sob story"). Luego, tras el lunch, quedamos para ir al Jardín Botánico (adiós historia triste)

Como hemos dicho, el día realmente invitaba a ello. Y, aprovechando mi día libre, allá que nos fuimos.

Este Jardín Botánico fue inaugurado en 1795. Se sitúa en Glasnevin, a unos 3 km del centro de la ciudad. Ocupa una extensión de 20 hectáreas, y según reza en su página oficial, hay más de 17000 especies de plantas (yo no vi tantas...)

Además del Jardín propiamente dicho, cuenta con varios invernaderos de hierro forjado, donde se encuentran orquídeas, plantas carnívoras (me hizo recordar a mi amigo Antonio), una interesante colección de plantas que "nos sirven a los humanos" (papiro, bambú, caña de azúcar, etc) y un sinfín de plantas exóticas.

Lo mejor de este parque es perderte y respirar un aire distinto. Había lugares donde el aroma era envolvente, cálido e incluso evocadores: un rincón especial que olía a casa de mi otra abuela, quien disfrutaba mucho de las plantas. Mientras esperaba a Álex, estuve allí un gran rato, disfrutando del olor y rememorando viejos tiempos... aunque ahora estaba contento, no había lugar para la melancolía y sí para un sonrisa permanente que me acompañó durante el resto de la visita.

Muñeco con una extraña escultura. Aún seguimos sin saber qué es.

Para que os hagáis una idea del soleado día y los hermosos paisajes.

Muñeco hizo amistades con este pequeño de piedra que bebe agua de una fuente que no funciona...


¿Es eso un cisne? ¿Nos persiguen los cisnes?

Muñeco frente a un pequeño pero hermoso salto de agua.

Coloridas flores.

Muñeco a los pies de Sócrates.

Muñeco y mi sombre ante OTRO salto de agua.

Extraño pájaro... ¿lo veis?

Más coloridas flores

Más saltos de agua

Muñeco descansa en una piedra con musco.

Verdes caminos y un sinfin de árboles nos acompañan

Muñeco ante uno de los invernaderos

Muñeco ante otro de los invernaderos

Se empeñó en meterse en esa ranura para hacerse la instantánea

Hermosas florecillas rojas


A continuación, una pequeña colección de fotos de plantas carnívoras y sus carteles, dedicados a nuestro amigo Antuán.








Detalle de una orquídea

Cactus

Muñeco frente a un árbol muy nacional. En plan reivindicativo...

Salto de agua en el interior de uno de los invernaderos



Aquí aún perduran las flores de pascua.


Durante la visita, recibimos dos llamadas de Zhao. A la una habíamos vuelto para acompañarlo a casa, pero lo encontramos con unos amigos y se despidió de nosotros con un "nos vemos esta tarde". Zhao se había despistado y no sabía volver. Se perdió. Yo no tenía batería y pude hablar un instante con él, recomendándole encarecidamente que llamase a Ger, nuestra host mother. Resultó que habían encontrado una bomba en una casa de nuestro aniversario y habían desviado los autobuses de su ruta original, lo que despistó a nuestro amigo.

Tras el Jardín Botánico y anexo al mismo, se encuentra uno de los cementerios de la ciudad, el cementerio de Glasnevin o también conocido como cementerio de Prospect. En este cementerio católico descansan algunos personajes históricos importantes, como Daniel O'Connell, cuyo monumento reproducimos a continuación.



La vuelta a casa fue aún con luz diurna. Zhao nos esperaba y se alegró de vernos. Como siempre, compartimos una buena charla y un rato con la familia Brooks.

Luego, antes de lo habitual porque Zhao sufría de jet lag, apagamos las luces y a dormir.

El día terminó mejor de lo que comenzó.

Un abrazo.
Muñeco y yo.

PD: No os preocupéis. Insistimos en que estamos bien y que lo de esta noche fue un accidente aislado.

viernes, 29 de marzo de 2013

Día 40. Ahora sí... empezamos!

Hola a todos.

7:00 de la mañana. Suena el despertador, como cuando teníamos clase por la mañana. Nos levantamos sin trabajo, con mucha ilusión. Ducha para despejar nuestra mente de los fantasmas de la noche. Vestidos de punta en blanco, con nuestro mejor atuendo (pero no con pantalones marrones), desayunamos y emprendemos el camino hacia nuestra nueva parada de bus, enfrentándonos a una fría mañana dublinesa.

9:00. Nuestra hora concertada era de 9:00 a 9:30. Aunque a las 8:55 ya habíamos llegado allí, no queríamos pecar de impacientes. No es recomendable. A las 9:00, empujamos la puerta giratoria del edificio blanco donde está el departamento de Citología y Patología del Real Colegio de Cirujanos de Irlanda, RCSI, que es nuestra empresa de acogida. El doctor Tony nos atiende amablemente. Nos pone en antecedentes de nuestras tareas y comenzamos. 

10:30. Para obligatoria para un café. Como aún no conocemos a nadie, damos una vuelta para reconocer el terreno. Desistiremos de tomarnos un café de 3 euros en la cafetería del hospital. Así que nos conformamos con las chocolatinas que el dr. Tony nos ha ofrecido.

13:00. Con la tarea casi finalizada, nos vamos bajo la petición del dr. Tony, porque el edificio cierra sólo hoy a esa hora. Satisfechos, volvemos a casa. La tarde se ha vuelto un poco más cálida y soleada. Llegamos a casa sobre las 14:00 horas. Tras una ducha más que necesaria, almorzamos y decidimos esperar a nuestro compañero, que llegaba hoy, estudiando como es habitual.

Hoy estaba siendo un día un poco complicado. Fantaseamos con pasar estos días en España. Sorprender a Arturo y Davi. Pero asumimos que no es posible, así que estábamos más tristes de lo habitual, a pesar de lo genial que estaba resultando el día.

Ger, nuestra host-sister, nos alegró el día. Con esto:

Muñeco sentado sobre nuestro enorme -y delicioso- huevo de Pascua, cortesía de la familia Brooks. Venía, además con tres chocolatinas. Ya hemos dado buena cuenta de todo ello.


Media hora más tarde, llegaba ZhaoChenChen, nuestro nuevo compañero de habitación. Es de China. No habla nada de Inglés. Pero se ve muy tranquilo y con ganas de aprender el idioma.

Trajo varios regalos para la familia y un té chino del que dijo sólo se producían 10 kilos al año y que tenía propiedades depurativas para el organismo, reducía los niveles de colesterol, era bueno para el corazón y disminuía los valores de la tensión arterial.

Esto último tendría consecuencias... pero eso sucedió al día siguiente...

Un abrazo.
Muñeco y yo.

Os dejamos con un genial resumen que nuestra compañera Inma publicó en su muro de Facebook sobre la estancia en Dublín. 

Experiencias de vida maravillosas: momentos y lugares, frío y taquicardias, anécdotas y costumbres, pintas y música, 4 seasons in a day, lo necesario del picante, lo indio, el humor irlandés, las pintas y las ciders de sabores, la supervivencia, el caminar, la rotonda, debilidades femeninas, Artane forever, los chocolates with marshmallows, la tarjeta del Tesco, la energía del irish breakfast, los curas del pueblo, los pollitos de pascua, el Shepherd´s pie, el stew y el chicken casserole, los intercambios estáticos, las escaleras del SWAN, el acento andaluz, las charlas de no parar, las pelis en inglés y sin subtítulos, el fango del cesped de mi calle, el frío de HOWTH, el slang, Hey!, el kit de supervivencia ( gorro, guantes, bufanda y abrigo), los sandwiches, las chocolatinas digestivas, las patatas de sabores imposibles y las patatas asadas, fritas, cocidas, en pure, en pastel, en paquete, en forma de rizos, con especias, las cookies del Dunnes, los yogures YOPLAIT, confusiones con la lateralidad, despedirte de los autobuseros con un Thankiu, las presentaciones en Inglés, el folclore, piensa en verde, las barbas pelirrojas, las piernas al aire, godblessyou, Aón, do, trí, las excursiones, las tertulias...continuará.

jueves, 28 de marzo de 2013

Día 39. Blanca Irlanda (Título cortesía de Aida)

Si una imagen vale más que mil palabras, con estas instantáneas, nos ahorramos 11000 palabras.

Nuestros compañeros se han convertido en los reporteros más dicharacheros de Barrio Sésamo y compartían con nosotros estas fotografías tomadas a lo largo y ancho de Dublín. Como podéis ver, sí, ha nevado. Copiosamente. Y hoy, en algunos sitios ha cuajado.

Artane. Cortesía de Alejandro.

Artane (2). Cortesía de Alejandro.

Drumcondra. Cortesía de Ainara.

Drumcondra. Cortesía de Gloria.

Vistas desde el trabajo de Jon.
  
Finglas East. Cortesía de Lucía.

Coche nevado. Cortesía de Jon.

Tremendas imágenes nos hicieron quedarnos en casa hasta la hora de salir para clase. Y es que en casa se está demasiado calentito, y visto el panorama, teníamos miedo de pillar un resfriado. Así que no nos queda otra que seguir estudiando.

Y por increíble que os parezca, por la tarde lucía el sol. Sí, bueno, no es para tirar cohetes, pero sí es algo curioso. Acordaos de aquello que decíamos de 4 seasons in one day.


Artane por la mañana. Cortesía de Aida.


Artane por la tarde. Cortesía de Aida.

Y bueno, esta es nuestra aportación a este día. Así es como nevaba. Y aunque no se aprecie mucho, sí que nevaba. Con ganas. Y el viento soplaba. Lo que sucede es que como estamos tan cerquita de la playa, la nieve no cuaja.

Nevando en Raheny. Vistas desde nuestra habitación.

En las calles traseras a nuestra urbanización sí que cuajó un poco más. Esta es la vista de un campo de fútbol -por cierto, sin vallas- de nuestro barrio. 
Raheny. Cortesía de Muñeco.

Pero tampoco mucho. Casi no da para hacer un muñeco de nieve
Muñeco de nieve a las 13:00.

Caminando por O'Connell Bridge, se acercó alguien a nuestra altura. Demasiado. Íbamos tan absortos en nuestros pensamientos, que no nos dimos cuenta de que era Aida. Estábamos tomando el lunch, ya que, como siempre, el autobús se fue instantes antes de llegar a la parada, y no queríamos llegar tarde. Nos reunimos con Laura y Pilar en el banco, y luego, terminamos el lunch juntos antes de volver a nuestra última clase (esta vez de verdad).

Seguía haciendo algo de frío, pero con sol, como ya hemos comentado. ¿Cómo puede hacer frío con el sol brillando?

Bueno, aquí tenéis la respuesta.

El mismo muñeco de nieve, a nuestro regreso a las 18:30 horas de la tarde. 
Muñeco posa delante de muñeco.

Nada como una ducha calentita para reponer el calor perdido. Cena y cama, como siempre, que mañana hay que madrugar.

Un abrazo.
Muñeco y yo.

miércoles, 27 de marzo de 2013

Dia 38: Probando, probando.

Hola todos y todas.

¿Qué tal? Nosotros bien, medio congelados. Esto es lo único que hablaremos hoy del tiempo. La entrada de mañana está íntegramente dedicada a él.

Comienza para nosotros un día más. Rutinario y muuuy largo. Nos levantamos a la hora de siempre, temprano. Estudiamos Inglés, que para algo estamos aquí. Desayuno. Ducha. Vuelta a clase con Patrick y nuestro nuevo amigo Manuel (es alemán, y sí, se llama Manuel por capricho de sus padres)

Vuelta a casa, muy temprano, donde Ger nos esperaba amablemente para mostrarnos el camino hacia el hospital. Íbamos acompañados por los trillizos que está cuidando. Dos niños y una niña. La niña iba sentada en medio de los niños y les hacía cosquillas. Los niños se reían. Yo me reía. Ger les llamaba la atención.

Me llevó en su coche a la parada de autobús. Luego, hicimos el recorrido que supuestamente hace el autobús y descubrimos que el autobús para en la mismísima puerta del hospital. Así que sólo tengo que andar diez minutos y coger ese autobús. Esta ruta es mejor que la que teníamos pensada, ya que de lo contrario, tendríamos que hacer transbordo y tomar otro bus cuya línea no es muy regular, y pasa por la parada cada hora.

Poco más hicimos este día. Pero al menos hemos descubierto que la amabilidad de nuestra host-family es mayor que la que pensábamos y realmente se preocupan por nuestra comodidad. :D

Alejandro nos invitó a ir a tomar un chocolate para celebrar el nuevo trabajo de María, pero tuvimos que declinar dicha proposición. 

Os dejamos una foto de Muñeco delante del puente del Milenio, el segundo puente peatonal construído en Dublín a principios del año 2000.

Antes de enviaros un abrazo, os recordamos que sigue abierto el concurso de los huevos... Ya tenemos dos participantes :D

Muñeco y yo.